
Guía para pintar tu piscina
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Pintar una piscina puede resultar una tarea interesante para mejorar su apariencia y prolongar la vida útil de la estructura. Existen diversos tipos de pintura para piscina, y cada uno requiere ciertos cuidados en la aplicación. Por ello, es importante entender cuáles son las opciones disponibles y qué pasos seguir para conseguir buenos resultados.
Por qué es importante elegir la pintura correcta
Una pintura especial para piscinas está diseñada para resistir la humedad, los productos químicos y los cambios de temperatura que suelen afectar las superficies sumergidas. Además, su adherencia permite formar una capa protectora, ayudando a evitar filtraciones o daños en la estructura. Escoger el producto adecuado se basa en aspectos como el material de la piscina, la frecuencia de mantenimiento y la estética deseada.
Tipos de pintura para piscinas
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Pintura clorada o a base de clorocaucho
Este tipo de pintura destaca por su adherencia y resistencia a los productos químicos. Puede aplicarse sobre superficies de cemento y hormigón, y se considera una opción muy común para piscinas residenciales. -
Pintura acrílica al agua
Ofrece un secado rápido y un bajo nivel de olor. Su aplicación es relativamente sencilla y suele ser menos agresiva con el medioambiente. Está recomendada para quienes buscan una alternativa de limpieza simple y sin necesidad de disolventes fuertes. -
Pintura epoxi
Generalmente se presenta en dos componentes. Su gran resistencia la hace adecuada para piscinas sometidas a un uso intenso, aunque requiere tiempos de curado más largos. Suele ser la opción preferida para instalaciones públicas o deportivas. -
Pintura base solvente
Cuenta con un acabado duradero y resistente, pero emite más compuestos volátiles durante la aplicación. Debe aplicarse en áreas bien ventiladas y requiere un mayor cuidado para garantizar un acabado uniforme.
Preparación de la superficie
Antes de pintar, es fundamental asegurar que la superficie esté limpia y libre de hongos o restos antiguos. Para ello, se recomienda:
- Vaciar la piscina y dejarla secar por completo.
- Limpiar con un desengrasante y cepillo de cerdas duras para eliminar residuos.
- Usar ácidos adecuados para retirar manchas de cal en el caso de piscinas muy antiguas o con superficies deterioradas.Suelen utilizarse productos desincrustantes o limpiadores antical, a menudo a base de ácidos débiles o moderados (por ejemplo, ácido clorhídrico diluido, también conocido como salfumán). Estas soluciones ayudan a disolver la cal y otros depósitos minerales.
- Dejar secar completamente antes de aplicar la primera capa de pintura.
Aplicación de la pintura
La aplicación puede llevarse a cabo con rodillo, brocha o pistola, dependiendo del tipo de pintura y de la superficie a cubrir. Se recomienda mezclar bien el producto y respetar las instrucciones del fabricante en cuanto a proporciones, especialmente para las pinturas de dos componentes:
- Aplicar la primera capa con movimientos uniformes y constantes.
- Dejar secar el tiempo indicado por el fabricante.
- Añadir una o dos capas adicionales, según la necesidad de cubrimiento y el tipo de pintura elegido.
Mantenimiento después de pintar
Tras pintar y dejar secar la piscina, es conveniente realizar un mantenimiento regular para prolongar la vida de la pintura. El control de los niveles de cloro y pH ayuda a evitar decoloraciones o aparición de manchas. Asimismo, se aconseja la inspección periódica de la superficie para detectar grietas o áreas con desgaste que puedan necesitar retoques.