
Recupera tu piscina tras el invierno
Compartir
La primera acción para recuperar el agua de la piscina consiste en retirar el cobertor o la lona de invierno con cuidado, evitando que la suciedad acumulada sobre la lona caiga al agua. En esta fase, se recomienda tener a mano una red o un recogehojas para retirar hojas, insectos y otros residuos flotantes que puedan enturbiar el agua. Luego, se pasa un limpiafondos manual o automático para aspirar la suciedad depositada en el fondo y, si fuera necesario, en las paredes. Este paso facilita el siguiente tratamiento químico, ya que ayuda a reducir la cantidad de partículas en suspensión y, por ende, el riesgo de aguas turbias.
Equilibrio del pH y cloro
Antes de comenzar con la desinfección, se deben medir los valores químicos del agua. El parámetro más relevante es el pH, que normalmente se mantiene entre 7,2 y 7,6 para lograr la efectividad de los productos de tratamiento. Si el nivel de pH está por encima o por debajo de ese rango, se ajusta con incrementadores o reductores de pH según las instrucciones del fabricante. Una vez que el pH está equilibrado, se procede a realizar un clorado de choque, también conocido como “tratamiento de choque”. Este aporte extra de cloro actúa de manera inmediata contra bacterias, algas incipientes y restos orgánicos que se han acumulado durante el invierno. Es aconsejable mantener el sistema de filtración en funcionamiento el tiempo suficiente para que el producto se distribuya de forma homogénea por toda la piscina.
Uso de floculantes y algicidas
Si, tras el tratamiento de choque y la filtración, el agua todavía presenta un aspecto turbio o con partículas en suspensión difíciles de eliminar, se recurre al floculante. Este producto actúa agrupando las partículas más finas para formar flóculos de mayor tamaño, lo que facilita su retención en el filtro o su recogida con el limpiafondos. Por otro lado, el algicida previene y combate la formación de algas, especialmente en piscinas que han permanecido destapadas o con una desinfección insuficiente. Suele añadirse después de la cloración de choque, cuando los niveles de pH se estabilizan. El uso correcto y periódico de floculantes y algicidas ayuda a conservar un agua limpia y cristalina durante toda la temporada.
Revisión del sistema de filtración
La depuradora es el pilar fundamental de cualquier piscina, puesto que garantiza la circulación y el filtrado del agua. Es recomendable comprobar el estado de la bomba y asegurarse de que no existan fugas o bloqueos en las tuberías. Si se trata de un filtro de arena, conviene revisar la calidad y la cantidad del medio filtrante, así como realizar los lavados a contracorriente (backwash) indicados por el fabricante. En el caso de los filtros de cartucho, una limpieza o sustitución periódica optimiza el rendimiento y evita la acumulación de impurezas. Mantener este sistema en buenas condiciones alarga su vida útil y reduce el consumo de productos químicos necesarios para el mantenimiento del agua.
Mantenimiento preventivo
Una vez recuperada la piscina, establecer rutinas de revisión ayuda a prevenir problemas futuros. Lo más aconsejable es medir el pH y los niveles de cloro con regularidad, ajustándolos si es necesario. Asimismo, se puede aplicar una dosis de algicida preventiva para mantener a raya la aparición de algas. Cubrir la piscina en periodos de no uso prolongado es una medida sencilla que evita la caída de hojas y suciedad, reduciendo así el trabajo de limpieza posterior. Con estos cuidados constantes, la piscina se mantendrá en un estado óptimo y con agua en perfectas condiciones para el disfrute de la temporada.