
¿Qué hacer si el agua de tu piscina está verde o turbia?
Compartir
El tono verde suele indicar la presencia de microalgas que se multiplican cuando el cloro libre cae por debajo de 1 ppm o cuando la filtración es insuficiente. En cambio, el aspecto turbio o “lechoso” aparece por la suspensión de partículas finas (polvo, polen, carbonatos) o por flóculos mal retirados. Determinar la causa es el primer paso para elegir el tratamiento adecuado.
Comprobaciones iniciales
-
Medir parámetros con un kit de tiras o reactivos líquidos: pH (7,2-7,6), alcalinidad (80-120 ppm) y nivel de cloro libre. Un pH fuera de rango reduce hasta un 60 % la eficacia del desinfectante.
-
Inspeccionar el sistema de filtración. Si la presión del manómetro supera en 0,5 bar la habitual, hace falta un retrolavado o limpieza profunda del cartucho; un filtro saturado recicla suciedad y favorece la turbidez.
-
Eliminar residuos visibles: hojas, insectos y limo con red de superficie y limpiafondos para impedir que se descompongan y demanden más cloro.
Tratamiento de choque y oxidación
-
Oxidación fuerte. Aplica cloro de choque (10-15 ppm de cloro libre) preferentemente por la noche para evitar fotólisis. Disuelve el granulado en un cubo y reparte alrededor del perímetro para prevenir manchas.
-
Peróxido de hidrógeno (35 %) como opción sin cloro en piscinas liner o con alto ácido cianúrico; además de oxidar, aporta oxígeno y no genera cloraminas.
-
Alguicida polivalente. Tras 30 min de circulación, añade la dosis de mantenimiento o choque. Los alguicidas de amonio cuaternario son económicos pero pueden espumar; los poliméricos evitan esa espuma y son compatibles con electrólisis salina.
-
Mantén la bomba funcionando al menos 24 h continuas para distribuir el producto.
Filtración y limpieza física
Mientras el nivel de cloro desciende a 3-5 ppm:
-
Cepilla paredes y fondo para desprender biofilm y algas adheridas que el desinfectante no penetra por sí solo.
-
Aspiración lenta a filtración si el filtro es de arena o bolas de vidrio; si el fondo acumula mucho lodo, aspira “a desagüe” para no saturar el medio filtrante.
-
Floculación dirigida. Con el sistema en recirculación, vierte floculante líquido para coagular partículas finas. Deja reposar 8-12 h con bomba parada y luego aspira el manto precipitado. Este paso es clave cuando la turbidez no se resuelve sólo con cloro.
Equilibrio químico a medio plazo
-
Restituye pH y alcalinidad. El choque tiende a elevar el pH; ajusta con ácido muriático (20 ml/m³ bajan ~0,2 pH) o carbonato sódico para subirlo.
-
Ajusta ácido cianúrico entre 30-50 ppm; por encima de 70 ppm el cloro pierde eficacia y el agua puede volverse verde aunque el nivel de cloro sea aparentemente alto. Diluir parcialmente con agua nueva suele ser la vía más sencilla.
-
Verifica calcio (200-400 ppm). Un agua demasiado dura potencia la turbidez por precipitación de carbonato cálcico, visible como nube blanca tras un choque clásico.
Prevención a largo plazo
-
Mantén cloro libre constante (1,5-3 ppm) con cloradores salinos o dosificadores; evita los “picos y valles” que permiten brotes de algas.
-
Programa filtración: en verano la regla básica es filtrar tantas horas como la temperatura del agua dividida por dos (p. ej. 28 °C → 14 h/día).
-
Limpia el filtro semanalmente. Sustituir la arena cada 4-5 temporadas o usar vidrio reciclado reduce la formación de canales que dejan pasar partículas.
-
Cepillado rutinario. El biofilm invisible alberga nutrientes que anticipan la floración de algas; dedicar 10 min cada dos días ahorra químicos.
-
Monitorea después de tormentas o de un uso intensivo. Lluvia y cremas solares aportan fosfatos y materia orgánica; una cloración ligera (3-5 ppm) y clarificador rápido evitan que la piscina “despierte” verde.
-
Cubiertas o lonas. Reducen radiación UV, evaporación y entrada de esporas, rebajando el consumo de cloro hasta un 50 %.
-
Control de fosfatos con removedores a base de lantano si los valores superan 100 ppb: sin fosfatos, las algas pierden su fuente de nutrientes.
Con estas prácticas integradas —diagnóstico químico, choque bien dosificado, filtración eficiente y rutina preventiva— tu piscina debería recuperar la transparencia en menos de 48 h y mantenerse en equilibrio durante toda la temporada de baño.